Nosotros, los pueblos indígenas, afrocolombianos, campesinos, pescadores, pequeños mineros y demás sectores populares, integrados por hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, delegados y delegadas de las diversas organizaciones convocantes a este encuentro, nos dimos cita en la ciudad de Bogotá para continuar la tarea de construir la unidad de nuestros procesos sociales y políticos.   

 

Somos los hombres y mujeres que hemos venido participando de congresos, asambleas, paros y movilizaciones, donde nos hemos manifestado con fuerza por una vida digna. Somos los hombres y mujeres a quienes nos une el empeño por construir una Colombia más justa e igualitaria, con reconocimiento y garantía plena de los derechos que hemos conquistado.

 

Este proceso de Cumbre Agraria, Campesina, Étnica, y Popular es parte del camino que decidimos transitar unitariamente como sectores rurales, campesinos, indígenas y afrocolombianos. Es un punto de encuentro de los distintos sectores agrarios y populares para la cualificación de nuestros debates, que conseguirá mandatar sobre una agenda de acción política y social con espíritu de unidad. Seguiremos siendo diversos, hablando distintas lenguas y dedicando nuestras fuerzas a diferentes fines, pero en medio de esa diversidad buscamos avanzar hacia la unidad de acción que garantice que nuestras voces se conviertan en una sola para lograr un país distinto. 

 

Durante el presente año  y ante el contundente proceso de movilización de los diversos sectores rurales, el gobierno colombiano ha respondido con procesos de negociación en la forma de mesas de diálogo y concertación. Durante este Encuentro se socializó y reflexionó sobre el estado de los distintos procesos de mesas en curso; como es bien sabido, la táctica del gobierno consistió en buscar dividir a los sectores populares con múltiples mesas de concertación. Por lo anterior, establecimos lineamientos que procuren materializar los mecanismos y rutas de negociación conjuntos, que ofrezcan garantías y sostenibilidad para nuestros procesos y el conjunto del campo colombiano. Estamos hartos del incumplimiento del gobierno, ante su mezquindad respondemos con nuestra unidad.

 

Nos oponemos al actual modelo que nos sigue empobreciendo y despojando. El nuevo Pacto Agrario propuesto por el gobierno no es más que la profundización del despojo y explotación, proyecto que pretende engañar a millones de familias del campo para que firmen alianzas tramposas con empresarios que explotan su trabajo y se apropian de sus tierras y territorios.           

 

Nuestra lucha como comunidades rurales ha tenido desde siempre un objetivo común: lograr un país en paz, anhelo de todos y todas y clamor nacional. La realidad que vivimos nos ha permitido afirmar que no nos proponemos cualquier tipo de paz, sino que el país requiere transitar un camino de construcción de paz con justicia social y vida digna. Rodeamos con esperanza el espacio de diálogos de La Habana entre el gobierno nacional y las FARC-EP, y exigimos iniciar públicamente diálogos de paz con el ELN.

 

Nos oponemos a las políticas gubernamentales en curso sobre erradicación y sustitución de los cultivos de coca, marihuana y amapola. Demandamos un proceso de construcción de política pública concertada con las comunidades en la sustitución de cultivos. Esta política debe respetar el derecho de los pueblos a definir el uso de la tierra y los alimentos a cultivar, fortalecer los procesos participativos y de diálogo interétnico e intercultural, garantizar el derecho a la soberanía y autonomía alimentaria, así como el derecho a la consulta previa con consentimiento libre, previo e informado de los pueblos afro, indígenas y campesinos.

 

Propenderemos por seguir convirtiendo nuestro proceso de Cumbre en la instancia representativa y decisoria de nuestras comunidades y organizaciones, con la capacidad de dialogar y afianzar con otros sectores populares las rutas de la movilización por nuestros derechos y con el fin de defender un proyecto de país justo, incluyente e igualitario. En esa dirección instamos a los demás sectores campesinos, indígenas y afro a que actuemos colectivamente con decisión y compromiso en estos propósitos comunes.   

 

Finalmente, y ante la situación generada durante la presente semana al conocerse la destitución e inhabilidad al alcalde de Bogotá Gustavo Petro por la Procuraduría General de la Nación, expresamos nuestra solidaridad con la ciudad y con su alcalde. Rechazamos la actuación y decisiones del Procurador pues consideramos evidente la intención de continuar limitando garantías políticas a sectores políticos diferentes a los tradicionales. Alentamos a los diversos sectores sociales alternativos a que continuemos en la movilización social que demanda el respeto por la democracia.

    

“Por la unidad de los pueblos, todas y todos vamos hacia la Cumbre Agraria: campesina, étnica y popular”

 

Bogotá, 13 de Diciembre de 2013

 

 

ORGANIZACIÓN INDÍGENA DE COLOMBIA ONIC – MINGA INDÍGENA SOCIAL Y POPULAR

MESA NACIONAL DE UNIDAD AGRARIA – (MUA)

PROCESO DE COMUNIDADES NEGRAS – (PCN)

COORDINADOR NACIONAL AGRARIO (CNA) – CONGRESO DE LOS PUEBLOS

MESA DE INTERLOCUCIÓN Y ACUERDO NACIONAL  (MIA) – MARCHA PATRIÓTICA

      COALICIÓN DE MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES DE COLOMBIA- (COMOSOC)

COORDINACIÓN NACIONAL DE ORGANIZACIONES Y MOVIMIENTOS SOCIALES Y POLÍTICOS