Nación Desde el 22 de junio, varias mujeres de este municipio nariñense decidieron hacer una huelga de «piernas cruzadas» para exigir la construcción de una carretera.
Los habitantes de Barbacoas, Nariño, están cansados del abandono oficial. No tienen carreteras ni agua potable, y el servicio hospitalario es pésimo. Por esta razón, las mujeres de este municipio, lideradas por el juez Diego Enríquez, decidieron iniciar una huelga de sexo para llamar la atención del Gobierno.
El objetivo era presionar a las autoridades para que se comprometieran a construir y pavimentar la vía Junín-Barbacoas. Ya obtuvieron el primer resultado. El miércoles 27 de julio, la gobernación de Nariño, el Invias, el Ejército Nacional y la corporación IDEA se reunieron en Barbacoas y anunciaron que empezarán la construcción de la carretera el 11 de octubre.
Y aunque los participantes de la huelga celebraron la decisión, revelaron que mantendrán las «piernas cruzadas» hasta ese día para verificar que realmente empiecen la construcción de la carretera.
Diego Enríquez, el promotor de la idea, le explicó a Semana.com que inicialmente pensó en liderar una huelga de hambre, pero al analizar la logística se dio cuenta de que era difícil mantenerse muchos días antes de lograr llamar la atención a nivel nacional.
Por eso decidió, más bien, impulsar una huelga de sexo. Aprovechó que había trabajado con un grupo de mujeres y les explicó la importancia de la abstinencia sexual. Así empezó este movimiento, que ya cuenta con más de 300 participantes. Algunos hombres, incluso, ya se sumaron a la causa.
Ruby Cabezas, una de las participantes, le contó a Semana.com por qué decidió unirse a la huelga. «Decidí participar porque ya estamos cansados del olvido del gobierno, de la situación tan indolente que está viviendo el pueblo. Las mujeres somos las que parimos los hijos. Si no tenemos sexo, no vamos a procrear, que es la idea, porque no se justifica tener hijos en esta situación».
Asegura que aunque al principio su esposo se molestó mucho, pues no entendía qué tenía que ver una cosa con la otra, ahora entiende el significado de la protesta y está unido a la causa, al igual que muchos hombres del pueblo.
Por el momento el movimiento está dispuesto a continuar la huelga de sexo hasta el 11 de octubre, día en el que está programado el inicio de la construcción de la carretera. Sin embargo, todos están comprometidos a realizar la veeduría para verificar que todo se cumpla.
«Empezamos con la carretera, pero después pediremos agua potable y la mejora en las redes hospitalarias», aseguró Ruby Cabezas, quien, por ahora, permanecerá con las «piernas cruzadas».
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