La Diócesis de Quibdó, preocupada por la ola de muerte entre los jóvenes de la ciudad, especialmente de los barrios más empobrecidos, pone en alerta a la comunidad Quibdoseña y a las instituciones del gobierno locales, departamentales y nacionales.
No es ajeno para la comunidad Quibdoseña, la mal llamada limpieza social que se viene realizando en la ciudad desde hace varios años ante el silencio y la mirada cómplice de muchos de nosotros y nosotras. Como dice Jesús en el Evangelio, “he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10) y a partir de esta sentencia de Jesús, como Iglesia en el Chocó, no podemos permitir que el asesinato, la amenaza y el desplazamiento forzado a los cuales son sometidos los jóvenes, sean la forma para solucionar los problemas que les aquejan.
En el pasado mes de abril del año en curso, un panfleto rodó por toda la ciudad amenazando a quienes algunos creyéndose con el poder, han estigmatizado y categorizado como prostitutas, consumidores de alucinógenos, viciosos, mal vivientes y mil nombres más. Esa amenaza está siendo cumplida, sin que hasta el momento las autoridades competentes hayan hecho un esfuerzo a fondo por investigar, por proteger, por cumplir con los procedimientos legales para esclarecer los hechos en los cuales nuestros jóvenes han sido violentados.
Uno de los jóvenes de la zona fue asesinado dentro de las instalaciones del Colegio Pedro Grau y Arola, una institución que es fruto del esfuerzo y la solidaridad de muchas agencias de cooperación internacional, del mismo gobierno departamental para ofrecer un servicio a la población en situación de desplazamiento como una estrategia de prevención de la delincuencia juvenil. Con este crimen un espacio humanitario para la protección de los derechos de la niñez y la juventud, ha sido convertido en espacio para la muerte.
Ya es hora que quienes nos llamamos “ciudadanos de bien” no quedemos en el silencio, sumemos esfuerzos, despertemos conciencias y hagamos algo para salvaguardar la vida de nuestros jóvenes. Si bien algunos de ellos por miles de causas y razones han caído en acciones delictivas que perturban nuestra aparente paz, asesinarlos nos es la vía para resolver esta problemática. Debemos aunar esfuerzos, buscar salidas alternativas que logren generar unas condiciones de vida, que le proporcionen a nuestros jóvenes posibilidades para desarrollar sus capacidades y dar lo mejor de sí.
Por último llamamos a las autoridades civiles y militares a que investiguen los hechos, a que no queden en la impunidad todas estas muertes y a que se genere en medio de la política de seguridad democrática del Gobierno Colombiano, unas verdaderas garantías para proteger la vida de nuestros jóvenes y sus familias.
COMISION VIDA, JUSTICIA Y PAZ, de la Diócesis de Quibdó
Carrera 1a. No. 26 – 91 A.A. 300 Telefax (094) 671 54 02 Quibdó-Chocó (Colombia)