El Protocolo de Seguimiento, Monitoreo y Verificación (SMV) de los compromisos de paz es una hoja de ruta para que lo firmado no se quede solo en el papel. El documento define cómo, quiénes y con qué criterios se va a acompañar el cumplimiento de los acuerdos, poniendo en el centro la protección de las comunidades, la transparencia y el respeto a los derechos humanos.
El protocolo crea un mecanismo conjunto de seguimiento, con instancias nacionales y territoriales, donde participan representantes del Estado, de la contraparte en el proceso de paz y de una instancia de acompañamiento internacional. Estas instancias toman decisiones de manera concertada, recogen información en terreno, escuchan a las comunidades y producen informes periódicos sobre avances, obstáculos y riesgos.
Entre sus ejes centrales están el cuidado de la población civil, la prevención de violencias, el compromiso de no reclutar niñas, niños y adolescentes, el respeto al Derecho Internacional Humanitario y la garantía de que los compromisos de paz se sientan en los territorios donde persisten el conflicto, la pobreza y el abandono estatal. El protocolo también propone formas de monitorear escenarios específicos (zonas priorizadas, territorios piloto, acciones concretas) y de activar rutas cuando se presenten incidentes o incumplimientos.
Más allá del lenguaje técnico, este protocolo es una herramienta política y ética: reconoce que la paz no se limita a la firma de un acuerdo, sino que requiere seguimiento cercano, participación comunitaria y veeduría independiente. Te invitamos a consultar el documento completo para conocer, en detalle, cómo se está pensando la verificación de los compromisos de paz y cuáles son los mecanismos que se proponen para cuidar la vida y la dignidad en los territorios.








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