OTRA VEZ CON EL CUENTO DE LA APOLOGÍA TERRORISTA
Escribe: Dante Castro Arrasco
El triunvirato apro-pepecista- fujimorista quiere desatar un nuevo globo aerostático para confundir a la opinión pública. Ya se les acabaron los escándalos de la farándula, los asesinatos de cantantes y peinadores, la fanfarria de luces y lentejuelas con la que trataron de ocultar mediáticamente la rebelión de los pueblos y la crisis de Bagua. Ahora quieren vender carátulas con la supuesta apología del terrorismo que algunos cometen.
Esta vez nos tocan. Dice el diario El Comercio, en su edición del 22 de julio:
Según Mulder, la congresista humalista Juana Huancahuari organizó en la Sala Raúl Porras Barrenechea el foro “Sin derechos no hay democracia”, en el que estuvo presente el dirigente Dante Castro, del Movimiento 19 de Julio, quien lanzó mensajes extremistas llamando al asalto al poder y a la rebelión popular.
Luego de unos días, tres dirigentes de Patria Libre han sido acusados por su intervención en el Congreso. Y todo porque reconocieron a Néstor Cerpa Cartolini como figura emblemática de la tradición de lucha del pueblo peruano.
Delincuentes comunes como Rómulo León Alegría o genocidas como Agustín Mantilla, tienen derecho a usar las tribunas de la democracia. La banda fujimontesinista tiene derecho a pintarrajear las paredes de Lima con loas al ex dictador Fujimori. A ningún ciudadano peruano se le ha acusado de apología por pedir la libertad de quien fue uno de los dictadores más venales de nuestra historia republicana. ¿Y acaso Fujimori no ha sido sentenciado? Magnificarlo a él o a su gobierno es incurrir en apología.
Frente a esos esperpentos «democráticos» la imagen del obrero, guerrillero y mártir Néstor Cerpa Cartolini se acrecienta. Resplandece ante los ojos de las nuevas generaciones que despertaron a la política con los vladivideos, cintas donde quedó para siempre evidenciada la corrupción del poder real.
Néstor Cerpa Cartolini cayó luchando contra una dictadura, pero los «demócratas» que también se opusieron al totalitarismo fujimorista, se parcializan del lado del ex-dictador para condenar póstumamente a Cerpa. Algo incongruente e inadmisible. Pues lo decimos claramente: Cerpa es un mártir del pueblo peruano a quien se le recordará por el audaz secuestro de cientos de jerarcas en la casa del embajador japonés Morihisa Aoki. Ya su imagen no sólo le pertenece al MRTA, fuerza inexistente, sino a todos los luchadores sociales que intentan cambiar esta sociedad. Cerpa está en la memoria del pueblo y parece que de ahí nadie es capaz de sacarlo. Jaqueó a la dictadura cerca de 4 meses y no incurrió en asesinato contra los secuestrados, sino que respetó su derecho a la vida. No hicieron con él lo mismo ni con ninguno de los 14 guerrilleros tupacamaristas. Contra ellos libraron la única batalla que saben librar los «heroicos» militares: sin prisioneros, sin heridos, sin rendidos.
A Patria Libre no se le puede negar el derecho a existir como organización política. Los ex-presos tupacamaristas, como cualquier peruano, están facultados para hacer política, inscribirse en el JNE, lanzar candidatos y votar. ¿Alguien se los puede prohibir? ¿Puede mostrarnos la mafia apro-pepecista- fujimorista en qué ley se les despojó de sus derechos constitucionales?
El ciudadano Víctor Polay Campos está recluido en una cárcel completamente ilegal y nuestra organización, el ML-19, inició el 2008 una campaña para exigir el cierre del campo de concentración de la Base Naval del Callao. No hemos convocado esa campaña únicamente para beneficio de Polay, sino de TODOS los presos allí retenidos.
Mientras los políticos corruptos se llenan los bolsillos y constituyen el triunvirato del relevo (APRA-UN-Fujimorist as) que garantiza el freude electoral del 2011, nos están montando una nueva telenovela con la condena de los miembros de Patria Libre por apología. Farsantes: su «democracia» no existe como tal. Su «democracia» es la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones. Su «democracia» carece de legitimidad y también de autoridad moral para llamarse con el rimbombante membrete de «estado de derecho». Aquí, en su chiquero «democrático» sólo tienen derecho sus homólogos delincuenciales que sustentan el narcoestado peruano.
Esa «democracia» no es nuestra. Es la de ellos. No insistamos más en arrancarle un espacio, porque se han blindado para no ser víctimas de la intromisión del pueblo. La democracia directa de masas debe desplazar a esa «democracia representativa» y burocrática en la cual casi nadie cree ya. La mejor forma de homenajear al obrero Néstor Cerpa Cartolini es impulsando la insurgencia de todo el pueblo. Con la insurgencia, construyamos el Poder Popular. A ver si a TODOS nos pueden acusar de «apología» estos canallas.