Foto No hay nada que hablar con criminales, mientras no se haga justicia. Si lo hacemos estaríamos concediéndoles la legitimidad perdida por sus propios actos y contribuiríamos a lavar sus crímenes.
Compañeras Aida Quicué y Mayerli Legarda. Ayer recibimos la primera noticia escueta sobre el ataque vil y cobarde contra Mayerli. Hoy, a través del comunicado de la Consejería Mayor del CRIC, obtenemos con horror e ira mayor información. Lo primero, lo profundo y más sincero es expresarles de todo corazón nuestra solidaridad y afecto. Cuenten con todo el equipo del Tejido, con toda la comunidad del Norte del Cauca, con la ACIN.
Desde el Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida les ofrecemos toda nuestra capacidad y vocación para apoyarles en lo que haga falta y les rogamos que se sirvan de nuestra oferta para superar este terrible momento, para denunciar lo que se requiera, para dar a conocer la verdad, y para convocar y poner en marcha la denuncia y la voluntad de resistir este régimen de terror y detenerlo. Lo que haga falta y lo que sea necesario.
De nuestra parte, sentimos que mientras no exista una protección inmediata, global, solidaria y real a sus vidas, al movimiento indígena, a nuestros pueblos y procesos, no hay nada que hablar con este régimen y con un Gobierno que se ha demostrado con creces, enemigo de sus vidas y de las nuestras. Exigimos castigo y justicia para los autores intelectuales y materiales, al más alto nivel, del crimen que dejó sin vida a Edwin perpetrado para asesinarla a Usted como Consejera Mayor. Estos actos de hostigamiento que detalla el comunicado y cuya más reciente acción criminal es el atentado contra Mayerli, son pruebas, para nosotras y nosotros suficientes, de la persecución criminal permanente de la que son ustedes objeto y con ustedes, todo el CRIC.
Ayer mismo, alias “El Alemán”, comandante de los escuadrones de la muerte conocidos como paramilitares, en el proceso de “justicia y paz” reveló en su confesión bajo juramento que Juan José Cháux Mosquera, ex Gobernador del Cauca, vinculado ya por confesiones de otros paramilitares con alias “HH” a estos escuadrones criminales, era el Jefe Político del “Bloque Calima”, uno de los más sangrientos del país. Esta revelación es otra evidencia contundente contra un gobernante que cuenta con la amistad y que ha recibido todo el apoyo del Gobierno Uribe en contra de los pueblos indígenas. Juan José Cháux ha dedicado su vida a perseguirnos desde todos los espacios públicos y privados. No hay nada que hablar con criminales, mientras no se haga justicia. Si lo hacemos estaríamos concediéndoles la legitimidad perdida por sus propios actos y contribuiríamos a lavar sus crímenes.
Recordamos la amenaza firmada por los supuestos “Campesinos Embejucados de Colombia”, cuyo lenguaje y contenido coinciden con la forma en que este individuo se refería al movimiento indígena y a nuestras autoridades. La manera en que el Presidente Uribe ha protegido y remunerado a Cháux Mosquera con nombramientos y beneficios inmerecidos por un criminal y su participación en las reuniones con paramilitares que tuvieron lugar en la “Casa de Nari”, nos obligan a señalar que estas acciones asesinas en contra de Edwin, de Mayerli, de quienes luchamos por la Libertad para la Madre Tierra y de todo el movimiento indígena y popular, provienen de los ámbitos más altos del Gobierno Nacional.
Llamamos al país, al mundo entero a reconocer lo que está sucediendo en Colombia contra los pueblos, contra el movimiento indígena, contra quienes defendemos la palabra y la caminamos y contra ustedes compañeras. Un régimen cobarde y perverso nos persigue por hacerle una propuesta pacífica y seria al país a través de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, para silenciarnos a base de terror. La venganza y el terror son los únicos argumentos que le quedan a un Gobierno que por carecer de la fuerza de las ideas, recurre al uso de la fuerza del terror. Son síntomas del miedo desde el Poder ilegítimo, que los mueve a amenazar y matar para que no se descubra en justicia y en derecho el carácter criminal del atentado que matara a Edwin. Síntomas de su decisión de silenciar a muerte la verdad que devela su poder criminal.
Reiteramos la exigencia de llamar al desmantelamiento inmediato de la «Seguridad Democrática» y con ella el uso del terror contra los pueblos para alcanzar fines de codicia y de poder. Queremos y merecemos democracia en paz. Somos pueblos ejemplarmente democráticos, conscientes, pacíficos y de la palabra. Nuestro ejemplo está siendo silenciado a través del uso de la institucionalidad y de la fuerza del Estado para perseguir y amedrentar.
Compañeras Aida y Mayerli. Estamos con ustedes. Es hora de rodearlas y de sacudirnos con la solidaridad del mundo, del régimen criminal instituido en contra de la vida y de los derechos de todas y todos en Colombia. Quienes deben protegernos nos amenazan y atacan. Debemos recurrir a la humanidad toda para que defienda al pueblo y a la ciudadanía del régimen que gobierna a Colombia.
Sincera y afectuosamente,
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida- ACIN
Santander de Quilichao, Mayo 13 de 2009