“El riesgo creciente de un apartheid mundial”
ALAI AMLATINA, 16/04/2009, Ginebra.- ¿Podrá avanzar la comunidad internacional en la reflexión sobre el flagelo del racismo? ¿Aportará la Conferencia de Ginebra, que se abre el tercer lunes de abril, respuestas condenatorias a la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia? Temas esenciales que animarán la cita mundial convocada por las Naciones Unidas entre el 20 y el 24 de abril en esta ciudad helvética.
La cita ginebrina se denomina “Durban II” ya que dará continuidad a la cumbre anterior sobre el mismo tema realizada entre el 30 de agosto y el 8 de septiembre del 2001 en la ciudad de Durban, África del Sur.
La misma, coordinada por Mary Robinson –entonces Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU- reunió a representantes de 170 naciones.
En paralelo, delegados de miles de organizaciones no gubernamentales
(ONG) del mundo entero animaron un Foro Mundial de la sociedad civil.
Pierre Sané, antiguo secretario de Amnistía Internacional y actual subdirector de la UNESCO, reivindicaba entonces el éxito de la Conferencia de Durban.
La representatividad de los participantes y el análisis de “nuevas formas de racismo que golpean actualmente”, fueron dos de los puntos esenciales de su balance positivo. Aumentando la lista de las manifestaciones actuales del racismo a “los trabajadores migrantes, demandantes de asilo, refugiados, desplazados, las personas afectadas por el SIDA…”, según Sané.
“Numerosas víctimas fueron identificadas” en Durban I, enfatizaba el alto funcionario de la UNESCO. Quien, sin embargo manifestaba su desaliento porque no entraba en el Documento Final de ese cónclave, “el más importante grupo humano afectado por la discriminación: los dalits (la casta de los intocables) en Asia del Sur. Así como los negros en los países árabes o los Palestinos…”.
Ginebra 2009: tensiones crecientes
El marco y la agenda del cónclave que se abre este lunes 20 de abril, constituyen en sí mismos temas de debate fundamental entre Estados.
Mientras representantes de numerosas naciones, especialmente del Sur, quisieran ver avanzar los contenidos de Durban I en el documento final de Ginebra, naciones europeas y del Norte preconizan el rol puramente de “seguimiento” del cónclave ginebrino.
Según esta visión, sólo debería examinarse la aplicación de la Declaración y del Programa de Acción votados en septiembre del 2001 en Durban. Sin incluir la definición de nuevas obligaciones y sin evocar una situación geográfica específica, haciendo referencia, esencialmente, al conflicto israelí-palestino.
Esa visión europea se opone también a toda nueva disposición sobre las reparaciones históricas en el caso del esclavismo, temática que causó terremotos en Durban.
La Unión Europea, presiona también para que la cuestión de las migraciones sea endulzada, con el argumento de que no tiene nada que ver con el racismo.
Puntos todos de tensión abierta. Que explican porqué Israel, Estados Unidos, Canadá y el gobierno conservador italiano de Berlusconi, entre otros, -hasta horas antes del inicio de la Conferencia de Ginebra-, reiteraran su decisión de boicotearla.
Durban 1 paso adelante, Durban ¿2 pasos atrás?
Juego de palabras y pregunta ilustrativa formulada por el CETIM (Centre Europe-Tiers Monde /Centro Europa-Tercer Mundo) ONG solidaria radicada en Ginebra, reconocida como entidad consultiva y observadora de las Naciones Unidas.
“La versión actual –de la propuesta de documento final- constituye un neto paso atrás con respecto a Durban I”, enfatiza un comunicado del CETIM emitido recientemente.
El que subraya que la misma “ha sido expurgada de la mayor parte de sus referencias a la realidad concreta, bajo pretexto de ofrecer espacio a un consenso”.
Lo que traducido en otras palabras significa dejar todo en lo general, sin nombrar regiones y responsables efectivos del racismo, para que todos puedan firmar un documento “consensual” y absolutamente híbrido.
Y es al CETIM anticipar un riesgo evidente que planea sobre la Conferencia de Ginebra. El temor de ciertos Estados de confrontarse “a las raíces sistémicas del racismo en un mundo dividido por cinco siglos de expansión del capitalismo… empezando por Europa”.
Y de allí, “la amenaza de una forma de apartheid a escala mundial…
Un curso bien delineado por la mundialización de las oligarquías financieras, las sociedades transnacionales de ambición planetaria y las grandes potencias” según la ONG suiza.
La reflexión final del CETIM no deja de ser contundente: “con la mundialización polarizante actual, sus víctimas no son únicamente los pueblos y la gente ‘de color’, por más que éstos constituyan la gran mayoría…”
Un racismo que se orienta “hacia el pobre, el productor no suficientemente ‘rentable’, los no-consumidores insolventes, los ‘marginales’, los ‘improductivos’ a ojos del capital, la masa de trabajadores fácilmente intercambiables… los trabajadores informales, los habitantes de las chabolas, los pequeños campesinos que son mayoría en el mundo…”, concluye.
Y para solidarizarse con estas “nuevas” víctimas del racismo, nada mejor que la calle. Un medio centenar de organizaciones y asociaciones sociales, de solidaridad y de derechos humanos helvéticas y de inmigrantes, así como los principales sindicatos del país y varias ONG internacionales que participan del Foro Mundial alternativo de Ginebra, convocan a movilizarse.
E invitan a una manifestación pública en el centro mismo de Ginebra el sábado 18, para inaugurar el Foro de la sociedad civil mundial que concluirá el 19 de abril, pocas horas antes del inicio de la Conferencia Durban II.
– Sergio Ferrari es corresponsal latinoamericano acreditado en la ONU, Ginebra, Suiza
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