98% de los afrocolombianos viven en estado de pobreza
Según el CIDH las negritudes colombianas padecen una tasa de mortalidad infantil que duplica la registrada a nivel nacional, y tiene menor acceso a servicios básicos como educación y salud
EN EL marco del día de la afrocolombianidad, varias organizaciones sociales, como Codhes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH), y el Movimiento Nacional Cimarrón, denunciaron que este sector, del que forman parte el 10% de los habitantes del país, aún vive en condiciones de pobreza y aseguraron que siguen siendo víctimas de la discriminación.
Codhes reportó que los afrocolombianas la minoría étnica más numerosa entre quienes viven en condición de desplazamiento y señaló que el 98 por ciento de ellos vive en estado de pobreza.
Tumaco y Buenaventura son los mayores ejemplos del drama de la pobreza y la discriminación que viven las negritudes colombianas, según el informe de Codhes.
Por otra parte, la CIDH, presentó un informe tras la visita realizada por el Relator sobre los Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial, Clare K. Roberts, en el que aseguró que “las disparidades entre las condiciones sociales y económicas de los afrodescendientes y el resto de la población en Colombia están estrechamente vinculadas a la exclusión social padecida históricamente por este segmento de la población”.
El organismo internacional aseguró que esta población sigue siendo “invisible” en el país, “a pesar de la vigencia de legislación y políticas públicas destinadas a promover el desarrollo de la población afrocolombianas”.
El CIDH anunció en su reporte, respecto a las principales preocupaciones referentes a este sector poblacional, que “el 10% de los niños y niñas afrodescendientes de 6 a 10 años no tendrían acceso a la educación, lo que equivale a un porcentaje de inasistencia superior en un 27% al de los niños y las niñas mestizos. En la educación básica secundaria los niños y niñas afrodescendientes de 11 a 14 años sufrirían una falta de cobertura del 12%”.
Además el reporte informó que el 27% de los afrocolombianos entre 15 y 16 años está por fuera de la educación media.
Según el CIDH las negritudes colombianas padecen una tasa de mortalidad infantil que duplica la registrada a nivel nacional, y tiene menor acceso a servicios básicos como educación y salud, así como menor acceso a empleos redituables y menor participación en la vida pública.
Estadísticas negativas
Las estadísticas revelan que, de toda la población afrocolombiana, el 10 por ciento no sabe leer ni escribir siendo los departamentos de Nariño (22,23%), Chocó (18,24%) y Cauca (12,02%) los más afectados por el fenómeno del analfabetismo.
Otras cifras revelan que 500 mil personas afrodescendientes, raizales y palenqueras, habitan en Bogotá.
El Observatorio de Discriminación Racial de la universidad de los Andes reportó que entre 2008 y 2009 denunciaron numerosos episodios de insultos raciales y requisas selectivas y arbitrarias contra miembros de la comunidad afrocolombiana por parte de efectivos de la Policía Nacional. El último ocurrió en una estación de Transmilenio el pasado mes de marzo y allí se vio involucrado un agente de la policía.
El Movimiento Nacional Cimarrón aseguró que esta situación es recurrente y manifestó que conocen casos de jóvenes en Bogotá a quienes se les ha impedido el ingreso a sitios públicos por su color de piel y hasta el impedimento de algunos arrendatarios para entregar inmuebles a afrocolombianos.
Los efectos del conflicto armado
Según explicó el reporte del Relator sobre los Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial del CIDH, Clare K. Roberts, la violencia derivada del conflicto armado también ha tenido especial incidencia en la disminución de la calidad de vida de la población afrocolombianas.
“El despliegue de violencia concentrado en ciertas áreas del país parece responder a objetivos estratégicos de dominación militar y económica. Entre las áreas geográficas más afectadas aparecen aquellas que se caracterizan por su alto porcentaje de población afrodescendiente”, señaló el reporte del Relator.
“Las zonas rurales habitadas por comunidades afrocolombianas se han visto particularmente afectadas por el conflicto y sus habitantes han sido víctima de actos de violencia y de desplazamiento forzado. En particular en las regiones de Urabá, las márgenes del Atrato y sus afluentes en el Departamento del Chocó, las zonas aledañas a los ríos Naya y Yurumanguí en los Departamentos de Cauca y Valle del Cauca” agregó el informe.
Durante su visita a Colombia, el Relator recibió testimonios sobre masacres perpetradas por grupos paramilitares en sectores de predominancia de las negritudes como Mutatá (corregimiento de Pavarándo, Antioquia) en mayo de 1997 y en enero de 1998; Dabeiba (Antioquia) en noviembre de 1997; Riosucio (Chocó) en diciembre 1997; Buenaventura (Valle) en mayo de 2000; y Alto y Bajo Naya (Cauca) en abril de 2001.