Sin duda, una de las herramientas más poderosas en cualquier sociedad es la palabra. Estas encierran una carga de profundidad que enaltece o hunde a cualquiera de sus integrantes. Consciente de esto, la Corte Constitucional produjo una sentencia que influirá de manera determinante en la cotidia
nidad de los profesores.

Ellos, por su oficio, son multiplicadores de lo bueno y lo malo que aprenden cientos de jóvenes. Se acabó el comentario, insinuación o insulto a la población afrodescendiente en las aulas de clase.

 

En efecto, la Corte hace un categórico llamado de atención a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá porque uno de sus catedráticos se refirió con términos racistas a un estudiante. Y, eso, es intolerable. El caso en concreto se presentó el 24 de abril de 2010 cuando un profesor de la Universidad Distrital se refirió en términos desobligantes de la comunidad afrodescendiente. Ante esto, Heiler Yesid Ledezma Leudo, de 27 años, oriundo de Quibdó interpuso la acción de tutela, en calidad de estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones. Para disipar cualquier duda, el joven hizo énfasis en que era un buen estudiante. Y que ha tenido que enfrentar comportamientos discriminatorios y claramente racistas, los cuales han violado su derecho a la igualdad, a la dignidad y a su proceso educativo.

El estudiante sostuvo que en la asignatura de Conmutación Digital, el profesor Yaroslav José Chavarro tomó como ejemplo la expresiones «Trato negrero» y «¡Lo tendrían trabajando como negro!», mientras miraba con risa de burla a este joven, el único estudiante afrodescendiente de la clase. El docente fue más allá y dijo: «Eso es un trato negrero, como un esclavo al que su amo debe darle latigazos para que trabajé».

La Corte deja en claro que por ninguna razón los maestros del país podrán emplear términos como «negro» para estereotipar a una raza.

Además el Alto Tribunal dijo que los profesores en el país no podrán utilizar expresiones discriminatorias a la comunidades afrodescendientes.»Por tanto una persona, en calidad de profesor viola los derechos a la educación y a la igualdad (en especial, el derecho a no ser discriminado), cuando emplea durante una sesión de clase una expresión claramente racista para presentar un ejemplo» dice la sentencia.

La Corte asevera, además, que «los profesores que utilicen estas frases violan la Constitución porque «vulneran evidentemente los derechos de la población».

La Corte ordena a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas que realice un acto simbólico de carácter público para celebrar los aportes de la comunidad afrocolombiana a la comunidad universitaria, y a la sociedad en general. En especial, se deberá exaltar el aporte a la construcción de una comunidad académica incluyente y respetuosa del orden constitucional vigente.

Con este pronunciamiento la Corte recuerda que en Colombia la época la esclavitud y la discriminación se acabó. Por lo que por ninguna razón pueden existir en las universidades expresiones racistas hacia los estudiantes por su raza. La sentencia, naturalmente, es extensiva a todos los maestros del país que desde ahora deberán cuidar cada una de sus palabras. Porque éstas son, sin duda, una de las herramientas más poderosas para construir un país mejor. 

 

Tómado de Semana.com