Con Fumigación de Químicos en el Territorio de las Comunidades Negras del Naya, se atenta contra la vida y la permanencia ancestral en un territorio que cuidamos a la humanidad. De manera indiscriminada e inconsulta desde el sábado 13 de febrero del 2010 a partir del medio día se inició la aspersión aérea de químicos desconocidos sobre nuestro territorio colectivo del Naya. Nos fumigaron las comunidades de Chaverrú, Meregildo, El Pastico, El Trueno y Sagrada Familia.
La fumigación se mantuvo hasta horas de la tarde en estas comunidades de parte media y baja del río y fue realizada por la policía antinarcóticos a través de una avioneta escoltada por al menos 4 helicópteros artillados de las fuerzas militares. Además de la fumigación indiscriminada, la presencia de los helicópteros generó nuevamente terror en nuestra población, en especial en los niños que temían que fuera a pasar los ametrallamientos como en el 2008.
Más o menos a la misma hora se inició la aspersión aérea de químicos también en el río Micay, por el sector de Zaragoza y el resguardo indígena de Iguanas.
El lunes 15 de febrero de 2010, desde las 7:30 a.m. aproximadamente, se reanudó la aspersión aérea de químicos desde las comunidades de Juan Santos y Juan Nuñez hacia la bocana de Tambor. Miembros de nuestra junta directiva, que nos encontrábamos en un trabajo con la Corporación Autónoma del Valle del Cauca – CVC, en torno al Plan de manejo ambiental, fuimos testigos de cómo a las 10:30 a.m. nuevamente avionetas escoltadas por helicópteros artillados hicieron aspersión de químicos por las comunidades de Primavera, El Trueno, Betania, Juan Santos, Juan Núñez y el sector de la quebrada La Paiteña, en los alrededores del corregimiento de Puerto Merizalde.
Esta fumigación desconoce el desarrollo de la propuesta de sustitución propia que venimos impulsando desde el 2008, en un proceso de sensibilización y resistencia frente a la llegada de coca. Desde ese momento las amenazas se han presentado contra el representante legal y los acompañantes de la Comisión de Justicia y Paz, a través de panfletos firmados por “Águilas Negras”.
La propuesta de sustitución propia la hemos dado a conocer al gobierno nacional durante el 2009 y consiste en la recuperación de semillas de pan coger y la implementación de parcelas agroforestales, iniciativas agropecuarias con familias e instituciones educativas que han dicho no a la propuesta de siembra de coca traída por externos al río.
Nosotras y nosotros ya tenemos más de 100 parcelas agroforestales que han servido para eliminar la coca y 3 granjas integryales agroecológicas con estudiantes. Cerca de 200 iniciativas de sustitución de la coca por arroz, banano, frutales, de consumo diario; el fortalecimiento en la siembra de productos como Papa China, chontaduro, borojó, caña, hortalizas, banano, cacao.
Y seguimos avanzando en la sensibilización, toma de conciencia y sustitución propia, porque no queremos ni la erradicación manual que implementa el gobierno con desmovilizados y fuerza pública, ni fumigación por aspersión aérea.
Desde que aparece la coca en el Bajo Naya, en el 2008, hemos sido claros en responsabilizar al Estado por su permisividad en el control perimetral que asume en las Bocanas y entradas al río, desde enero de 2002, cuando fuimos beneficiados de las Medidas Cautelares que nos otorgó la CIDH.
La población afronayera hemos sido víctimas de crímenes de lesa humanidad como los cometidos en abril del 2001, víctimas de la falta de voluntad política del gobierno para titular nuestro territorio colectivo, a pesar de haber agotado todos los trámites jurídicos, víctimas del desconocimiento de 330 años de vida en el territorio, víctimas de las ofertas agroindustriales que nos ha hecho el gobierno, víctimas de los intereses mineros y de extracción de nuestra biodiversidad.
Nuevamente nos victimizan, en el marco de la política de seguridad democrática que ha encontrado en la coca el mejor pretexto para querer desplazarnos, para vincularnos en el conflicto armado interno y para asegurar nuestros territorios para el mercado internacional con la firma del TLC con Estados Unidos y Europa.
Ante la violación a nuestros derechos, lo indiscriminada e inconsulta de la fumigación y mientras recogemos el diagnóstico de los daños generados por la aspersión del químico EXIGIMOS:
1. Se detenga de inmediato la fumigación de químicos en el territorio colectivo del río Naya, que el gobierno nacional venga a nuestro territorio y vea lo que estamos haciendo para la sustitución de la coca que ingresaron foráneos con complicidad de la propia fuerza pública, que hace control en las entradas y salidas del río Naya.
2. Que el gobierno nos diga qué tipo de químico ha utilizado en aspersiones aéreas en el río Naya, en cantidad de concentración y cuánta cantidad han derramado de ese veneno en nuestro territorio.
3. Qué se reconozca con el título legal colectivo de nuestra habitación de hace más de 330 años
3. Qué se conforme una comisión de verificación tenga los siguientes propósitos:
a. observar los daños causados a nuestro territorio colectivo y a nuestra población con las aspersiones aéreas de químicos del 7 de septiembre del 2009 y las realzadas el 13 y 15 de febrero del presente año.
b. A partir de la verificación de los daños se compense a los afectados y se dé la orden a la policía antinarcóticos de abstenerse a continuar las fumigaciones en el Naya.
c. La razón para detener la fumigación no debe entenderse como una complicidad con los cultivos de coca, por el contrario exigimos al gobierno el reconocimiento y apoyo en nuestra iniciativa de sustitución propia sin erradicación con desmovilizados y sin fumigación. Nuestra decisión es sacar la coca del Naya a través de parcelas agroforestales e iniciativas agroecológicas.
d. Que se acepte por parte del gobierno que en esta comisión de verificación participen además de nuestros acompañantes de la Comisión de Justicia y Paz, otras organizaciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos.
330 años de vida ancestral en el Bajo Naya, 330 años protegiendo nuestro territorio biodiverso, 330 años resistiendo a la esclavitud, a la guerra, 330 años protegiendo un patrimonio de la humanidad para que otros no lo vuelvan mercancía para el TLC. 330 años no parece importarle en absoluto al gobierno colombiano, mucho menos la vida de los 19.000 afronayeros y afronayeras que hoy habitamos y seguiremos haciéndolo en el Territorio del Naya.
CONSEJO DE COMUNITARIO AFRODESCENDIENTE DE LA CUENCA DEL RIO NAYA