El acuerdo militar entre Colombia y EE.UU es ambiguo y seguirá causando fricciones diplomáticas en la región, según un reporte de la organización Wola en Washington.

La organización Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos* (Wola por sus siglas en inglés) calificó de ambiguo el acuerdo que permite el uso de siete bases militares en Colombia a los Estados Unidos. También asegura la ONG que el texto del acuerdo deja varios interrogantes sin responder.

Esas fueron las conclusiones de la organización, dedicada a promover los derechos humanos en Latinoamérica, que dio a conocer a través de un comunicado publicado el pasado miércoles.


Wola asegura que “el acuerdo no establece con precisión las misiones militares que realizarán las fuerzas armadas estadounidenses desde las bases militares colombianas”.
Este acuerdo fue firmado por Colombia y Estados Unidos el pasado 30 de octubre. Según han expresado las autoridades, el objetivo es que militares estadounidenses cooperen con Colombia en la lucha contra “el terrorismo y el narcotráfico”.

Sin embargo, el acuerdo ha despertado temores entre los países de la región. El gobierno venezolano ha sido su principal opositor. El presidente Hugo Chávez no ha escatimado improperios contra el gobierno colombiano por lo que considera una afrenta a la soberanía y una amenaza de desestabilización.

Wola señala que las naciones vecinas de Colombia tienen razón en expresar su preocupación, pues los términos del acuerdo no precisan hasta dónde puede llegar esa cooperación de Estados Unidos al país suramericano.

Según la ONG, muchas actividades que realizarán los dos países todavía no están lo suficientemente definidas. En el futuro, esa falta de precisión podría interpretarse de manera abierta para enfrentar cualquier amenaza que sea percibida como tal por los dos países.

“La ‘intención’ por parte de Estados Unidos de no traspasar las fronteras de Colombia en la realización de sus actividades no garantiza que las fuerzas estadounidenses no posean la autoridad para ello”, dice el comunicado.

En criterio de la organización, el hecho de que el acuerdo esté pactado para 10 años representa un peligro institucional, pues las intenciones e interpretaciones pueden cambiar con el tiempo. “Sin restricciones especificas por escrito, las naciones de la región tienen razón al expresar preocupación”, dice.

Otro punto que no está claro, según la ONG, es de qué manera ese acuerdo “contribuirá a la estabilidad y seguridad de la región”.

Para Wola, el acuerdo militar debería hacer más explícito su alcance, pues de lo contrario, va a causar fricciones diplomáticas.

Hace unos días el presidente Chávez alertó a sus tropas para que estuvieran preparadas para una posible confrontación con Colombia. Sin embargo, después dijo que no se trataba de una amenaza, que había sido malinterpretado y que el agresor era Colombia.

Habla el Tío Sam

Ayer, tras casi dos meses de tensión, por fin Estados Unidos se pronunció. Charles Luoma-Overstreet, vocero del Departamento de Estado expresó la preocupación de su país por las tensiones entre los dos países. Dijo que “el interés de todos los países del continente debería ser el de promover la estabilidad y la resolución pacífica de los conflictos a través del diálogo”.

En ese mismo sentido, el embajador de EE.UU en Colombia, William Brownfield, dijo este miércoles que su país estaba interesado en tener buenas relaciones con todos los países de la región “pero sabemos quiénes son nuestros amigos».

El presidente Álvaro Uribe tenía programado ir a Brasil a la Cumbre de Manaos, el próximo jueves. Allá se encontraría con el presidente venezolano. Sin embargo, Uribe descartó ir a última hora por una afectación en su salud. Así se perdió la posibilidad de un diálogo en el que el presidente brasileño Luis Ignacio Lula podría servir de mediador y que hubiera podido ayudar a bajar la temperatura de las relaciones.
 
Tomado de Semana.com


 *La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés) es una organización no gubernamental, con base en Washington, DC.  WOLA es independiente en sus opiniones; no representa al gobierno de los Estados Unidos ni recibe fondos del mismo.