La senadora colombiana Piedad Córdoba pidió a los países de América Latina no mantener indiferencia ante el dolor que causa a los colombianos la guerra entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. La demanda la hizo al recibir el premio Internacional Paz y Reconciliación que le otorgaron organizaciones que estuvieron involucradas en los conflictos armados de Centroamérica.


Córdoba es presidenta del Movimiento de Colombianos por la Paz, y reiteró su propuesta de buscar una salida política y negociada al conflicto y no por las armas, tal como lo ha hecho el presidente de su país, Álvaro Uribe. La senadora logró la liberación de rehenes: tres policías y un civil a inicios de este año, tras convocar a intelectuales de diferentes países que dialogaron con las FARC mediante cartas.

En un emotivo discurso que inició con voz entrecortada, señaló que la paz que se logre en Colombia o en otras partes de América Latina debe ser producto de un nuevo pacto social de inclusión que permita el acceso a una vida digna y sin violencia.
Relegar la guerra por la paz
“Colombia no puede estar relegada a la guerra fraticida, que no se escuche más que en Colombia es imposible la paz. La paz debe ser un nuevo pacto social, y América Latina no puede ser indiferente al dolor que se vive en Colombia”, dijo Córdoba.

La política colombiana aboga por un diálogo con las FARC y el Ejército de Liberación Nacional, ELN. Según ella, el régimen de Uribe, bajo la excusa del ataque a las fuerzas insurgentes, ha exterminado todo movimiento de oposición.

El premio fue otorgado en la clausura de la Conferencia de Educación por la Paz y la Reconciliación en Centroamérica, por la Comisión Nacional de Oficiales en Retiro, CNOR, el Partido Resistencia Nicaragüense, PRN, Asociación Resistencia Nicaragüense, Arnic; el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, y Unidad Nacional Revolucionaria de Guatemala.

En el foro participaron representantes de diferentes movimientos sociales ligados a la izquierda de 15 países de América Latina, el Caribe y Europa. Concurrieron durante tres días personalidades como Córdoba, la Premio Nobel de la Paz y líder indígena guatemalteca, Rigoberta Menchú Tum, y el presidente de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidad, ONU, el nicaragüense Miguel D’Escoto.

Al final, en un pronunciamiento condenaron el golpe de Estado en Honduras, la cancelación de la cuenta Reto del Milenio, CRM, el bloqueo de Estados Unidos a Cuba y el encarcelamiento de cinco cubanos presos en Estados Unidos. También acordaron transmitir la experiencia de paz centroamericana al conflicto armado en Colombia y condenar la práctica de cooperación como medio de presión política.

Piden restitución de Zelaya
En la Conferencia por la Paz y la Reconciliación en Centroamérica que finalizó ayer en Managua, mereció un pronunciamiento especial la condena al golpe de Estado en Honduras que sacó del poder por la fuerza militar al presidente hondureño Manuel Zelaya.

Exigieron la restitución de Zelaya al poder en cumplimiento de la resolución de la Organización de Estados Americanos, OEA, y de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

La senadora colombiana Piedad Córdoba consideró que no reincorporar a Zelaya sería el derrocamiento de los avances sociales en América Latina y una amenaza para la democracia de toda la región.

Córdoba considera que quienes dieron el golpe de Estado fueron en realidad las empresas transnacionales que vieron afectados sus intereses con los cambios que proponía Zelaya, que según ella, darían más participación a la gente.

“Fueron las multinacionales las que dieron el golpe de Estado a través de sus políticos y congresistas que responden a sus intereses”, señaló.

 

Por Ramón H. Potosme.