¡QUE SEA EL PUEBLO QUIEN DECIDA!

La posición expresada por el Presidente Uribe, en reunión con un grupo de parlamentarios amigos del Gobierno, en el sentido de no oponerse a los referendos por el agua y por cadena perpetúa para los violadores de menores de edad, la asumimos como una rectificación de la inicial que los descalificaba. En nuestro caso le habíamos solicitado al Presidente esa rectificación.

No es coherente sin embargo, el anuncio del presidente en el sentido de que “el Gobierno ha dicho que el pueblo colombiano tiene derecho a pronunciarse sobre este referendo”, y al mismo tiempo señale que le “ha pedido al Congreso de la República y hemos acordado que el Congreso de la República introduzca modificaciones al referendo del agua “. Si, como ahora se sostiene desde la Casa de Nariño, es el pueblo quien debe decidir, debe acogerse este principio íntegramente.

Los referendos tienen dos momentos, el primero la obtención de las firmas que solicitan que se someta un texto a la aprobación de los ciudadanos(as) el segundo que los ciudadanos(as) voten a favor o en contra de dicho texto. Las modificaciones, entonces, desvirtúan el mecanismo de participación pues, en el caso del referendo del agua, se pondría a votación un texto distinto – incluso contrario- al que propusieron los más de dos millones de personas que lo respaldan con su firma.

Seguimos exigiendo que se respete el texto original y que se reconozca que en el referendo del agua, también sea el pueblo quien decida. Seguimos esperando que el Congreso y mañana la Comisión Primera de la Cámara acoja este principio.

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