Con arengas como [sí se pudo…], vítores y mucha alegría, el Consejo Comunitario de Tierrabomba en el distrito de Cartagena, obtienen medida de protección territorial por la Agencia Nacional de Tierras, ente del gobierno que además en la Costa Caribe y el departamento del Cauca en el día de la Afrocolombianidad se sumaron a la conmemoración con más de 1.100 hectáreas de tierra entregadas, logros significativos para el pueblo negro en Colombia.
Año 2025, sí, un 21 de mayo donde hablamos como pueblos negros de la historia de resistencia y lucha de nuestros ancestros, de la lucha por la justicia social y la libertad de nuestras tierras como derecho al ESPACIO PARA EL SER, EJERCICIO DEL SER Y OPCIÓN PROPIA DE PRESENTE Y FUTURO; se elevan gritos de victoria, de esperanza y de consolidación de años en donde la espera parecía tomar una larga siesta en el caminar, un silencio; el mismo que se nutre para caminar sobre bases firmes del conocimiento y la resistencia viva de lo que fueron nuestros ancestros, de lo que somos hoy y del legado que queremos dejar en nuestros renacientes. Desde tiempos inmemoriales, nuestros pueblos han sido ejemplos de resistencia y rebeldía, por eso nos llaman con orgullo Pueblo Cimarrón —un pueblo rebelde que se niega a desaparecer, que exige ser reconocido y respetado en su autonomía, identidad y territorios. Como bien decía Jorge Santayana: “Un pueblo que no conoce su historia tiende a repetirla.” citamos con intención la frase para decirles, estas no son, ni serán las letras que se escriban del pueblo negro en Colombia, no permitiremos que ese olvido se repita. Nuestro legado está vivo y se escribe cada día con la memoria, con la voz, con la dignidad.
El Proceso de Comunidades Negras – PCN, ha sido un actor fundamental en la consolidación de los derechos colectivos, en especial desde la promulgación de la ley 70 de 1993, que reconoce la propiedad colectiva y el derecho a la consulta previa sobre proyectos que afecten nuestros territorios. Esta norma abrió el camino para la recuperación y defensa de más de 8 millones de hectáreas, distribuidas en territorios afrocolombianos, principalmente en la costa Pacífica, la región del Cauca, Chocó, y otras zonas emblemáticas de nuestra cultura y resistencia.
Esta tierra no es solo un espacio físico: es el alma misma de nuestros pueblos, el sustento de nuestras tradiciones, la base para la continuidad de nuestro ser cultural y espiritual. Por eso, el despojo no es solo material, sino también una violencia cultural profunda. El PCN ha sabido visibilizar esta realidad y ha fortalecido procesos organizativos, sociales y políticos que promueven la autonomía, la seguridad alimentaria, la protección ambiental y el reconocimiento pleno de nuestros derechos.
La consolidación de los derechos territoriales es un acto de justicia histórica, un acto que reivindica la dignidad de millones de afrocolombianos. Enfrentamos retos grandes, como la minería ilegal, la deforestación y la violencia que aún azotan nuestros territorios, pero también contamos con la fuerza de una comunidad organizada, con el respaldo de leyes y tratados internacionales y, sobre todo, con la voluntad de no rendirnos.
En este día, hacemos un llamado a la sociedad colombiana, al gobierno de turno y a los diferentes entes de control a nivel país e internacional, para que se sigan cumpliendo la leyes que rigen, respaldan y velan por los derechos del Pueblo Negro, el cual no es solo una historia pasada, sino una presente vibrante y un futura y prometedora.
Que se siga reafirmando el compromiso con la justicia social, con la tierra y con el respeto a la vida. Que cada palabra escrita, cada paso dado, cada voz levantada, sea un acto de amor por el Pueblo Cimarrón, por nuestras raíces y por la libertad que nos merecemos.
Porque la tierra es nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro. Y nadie podrá quitarnos ese derecho legítimo al ESPACIO PARA EL SER.
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