Francia Elena Márquez es tímida y habla pasito, pero eso no le quita el ímpetu con el que durante media vida, desde los 16 años, ha peleado por defender a la gente y a su territorio. Nació en la vereda Yolombó, en Suárez, Cauca, pero tuvo que irse de ahí con sus dos hijos porque la han amenazado varias veces. Ahora anda con guardaespaldas, pero extraña la época en que podía disfrutar el río y sentirse en casa.

Esta semana, por levantarse contra la minería y la guerra en su tierra, fue escogida como defensora del año en los Premios a la Defensa de los Derechos Humanos. El reconocimiento la confunde: por un lado, le alegra que reconozcan su lucha, pero, por otro, sabe que al país le falta mucho camino para entender cómo sufren el conflicto las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes.

 

¿Qué la llevó a defender los derechos humanos en su territorio?

Yo soy del norte del Cauca, del consejo comunitario La Toma, en Suárez. Nací en Yolombó. Desde los 16 años me metí en el tema de derechos humanos a raíz de la desviación de un río que amamos: Ovejas. Sentíamos que nos quitaban algo del corazón. Desde ahí empezó nuestra defensa por el territorio. Y después llegó la minería. Después los actores armados: grupos paramilitares y guerrilla. Entonces se cometieron varias violaciones a los derechos allá. Sobre todo en Buenos Aires, que es otro municipio pegado, pero es la misma gente. Desde ahí me fui metiendo. Hacíamos danza, teatro, canto para evidenciar lo que estaba pasando. Y pues ahí me fui empoderando y creciendo como lideresa.

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