ARAAC CUBA, Articulación Regional Afrodescendiente para las Américas y el Caribe se suma a los movimientos afrodescendientes de la región, especialmente de Venezuela, que expresan su solidaridad por el éxito de Dilma Rousseff en Brasil, acompañada de las tendencias sociales más progresista. El triunfo brasilero tiene una significación especial para toda nuestra región porque ha mostrado la voluntad de esa sociedad de continuar las transformaciones sociales ya alcanzadas y construir programas estructurales de mayor equidad social y también racial. 

 

La reivindicación de la población afrodescendiente en Brasil iniciado en el gobierno de Louis Ignacio Lula Da Silva fue el inicio de programas de mayor inclusión y participación de aquellos sectores de la población de origen africano históricamente excluidos, particularmente el de las mujeres brasileras afrodescendientes, que tienen actualmente un protagonismo decisivo en esa sociedad. 

 

Para Cuba este triunfo es también un momento de alegría por el apoyo que Brasil está ofreciendo en la actualidad al modelo de desarrollo económico cubano. Nuestros países están unidos por una larga historia donde la esclavitud africana tuvo itinerarios comunes en sociedades donde una elite blanca utilizó la fuerza de trabajo de personas africanas y sus descendientes para obtener grandes riquezas a expensa de la pobreza de los sectores esclavizados.

 

Nos unen también historias vinculadas a una cultura de matriz africana que sigue vigente que crece cada día, en particular la musical y las religiones de origen africano que continúan extendiendo como un rasgo de sobrevivencia a la colonialidad. Nuestros pueblos establecen puntos de contacto con el legado de una africanidad que conserva su espíritu de cultura de resistencia que busca permanentemente crear mayor equidad racial. 

 

ARAAC Cuba, como parte del movimiento social afrodescendiente de la región expresa su solidaridad hacia la creación de programas políticos que pongan mayor énfasis en la erradicación del racismo y la discriminación racial asociada permanentemente a la pobreza. En particular apostamos al gran desafío que significa en el siglo XXI promover transformaciones ideologías y económicas capaces de eliminar todo tipo discriminaciones incluida la de género, orientación sexual y otras capacidades para afianzar sociedades más equitativas y justas como fórmula inequívoca para la paz. 

ARAAC, Cuba

La Habana, octubre 2014.