Por todas estas consideraciones, como académicos e intelectuales con conocimiento de estas situaciones, queremos enfatizar dos aspectos cruciales para los diálogos de paz; primero, que el proceso de paz debe incluir un enfoque étnico diferencial, es decir, debe reconocer que el efecto del conflicto armado no es igual para todas las personas, y que los grupos étnicos han sido afectados de manera particular y desproporcionada; es por tanto crucial que se diseñen metodologías que permitan incorporar todas las propuestas y demandas de las organizaciones afrocolombianas y de otros grupos étnicos.  Segundo, y por consiguiente, que el proceso debe abrirse de manera genuina a cuestionar el actual modelo de desarrollo modernizante y de capitalismo destructivo, que se cierne de forma particularmente ominosa sobre las comunidades étnicas y campesinas.  Recomendamos de manera enfática que tanto los diálogos como todas las medidas y acuerdos legales y de política social que se tomen en el proceso consideren de manera explícita y seria los siguientes objetivos