Con preocupación y sentido de solidaridad damos a conocer a la opinión pública la situación dolorosa que se vive en Buenaventura, y que es una realidad que requiere atención de parte de la sociedad civil y de las autoridades competentes.

Hoy en Buenaventura la agudización del conflicto tiene a la población sumida en una grave crisis humanitaria.

Al lado de los megaproyectos por contraste hay dolor, angustia de muchas víctimas, porque hay desplazamientos forzados, homicidios selectivos, desapariciones, confinamientos y victimización de ciertos sectores de la  población.

1-    Los desplazamientos “Un hecho de la historia”

Hace 42 años fueron desalojados los pobladores de los barrios Cristo Rey, Balboa, Antonio Nariño y parte del Nayita con el objetivo de modernizar y ampliar la infraestructura del actual puerto dejando centenares de familias sin sus casas,  enseres y muchos de sus miembros enterrados en nombre de la modernización de lo que es el actual puerto.

Hoy el desplazamiento forzado interno se mantiene vigente, y se empieza a dar desplazamiento intra-urbano. Llama la atención que es en Buenaventura donde se empieza a hablar de este fenómeno, agudizándose en los últimos años en los desplazamientos masivos ocurridos en los barrios: San Francisco 2006, Lleras 2008, y en 2011 el barrio de la inmaculada.

Ha proliferado la extorsión a personas y establecimientos comerciales pidiendo exageradas sumas de dinero. Situación ésta que obliga a cerrar los negocios o a desplazarse para defender la vida y la de la familia.

2-    Homicidios selectivos

En los últimos meses la disputa por el control del territorio entre grupos paramilitares y guerrilla se ha agravado, tomando fuerza y haciéndose sentir como “animal grande que pisa fuerte”, de enero a julio van 138 homicidios selectivos, sólo en el mes de julio hubo 31 asesinatos, el 60% son personas jóvenes, muchos de los asesinados son personas que llegan a los barrios en busca de la familia, los nuevos actores que tienen el control territorial en la zona no les conocen y los asesinan con el pretesto de que pertenecen al grupo contrario, otro tanto son miembros de los mismos grupos, que después de utilizarlos los consideran un peligro y los eliminan y los que produce la confrontación.

3-    Desapariciones

Es uno de los fenómenos y estrategia que tiene asolada a la población.

Son innumerables los desaparecidos, la cifra reportada oficialmente es de 36 desde el mes de enero a julio del presente año.

Las víctimas no denuncian por miedo y por las amenazas que conlleva el hecho.

Muchos hogares se quedan sin ayuda económica para sufragar los gastos diarios, trayendo como consecuencia la desintegración y deterioro familiar, desequilibrio emocional, generando enfermedades como depresión, angustia, miedo que quitan la tranquilidad.

Todos los estragos de la guerra dejan huellas indelebles pero las lesiones y heridas que dejan las desapariciones son muy fuertes, pues alimentan expectativas y esperanzas sin tener una respuesta a su dolor.

4-    Confinamiento 

Hay barrios y veredas que tienen entrada de control y salida de personas, restricción de transporte colectivo terrestre y marítimo, los grupos paramilitares y de guerrilla imponen horarios de llegada, los miembros de los grupos andan paseándose por las calles de los barrios y veredas armados y haciendo retenes a vehículos y personas, restringiendo las visitas de amigos y familiares que viven en otros barrios; salir de madrugada es un riesgo, lo que entorpece la vida laboral, recreativa y en general la vida social y comunitaria.

 

5-    Mujeres, jóvenes, niñas y niños los más victimizados

Las mujeres, a quienes vienen asesinando sin misericordia, son ya 36 desde  enero a julio y las los niños, y jóvenes están siendo reclutados tanto en la zona rural como urbana, muchos deben huir porque los matan, si no aceptan unirse a sus filas; otros son inducidos al consumo de drogas y luego fácilmente los reclutan sin que se pueda denunciar por la encerrona de los grupos y la desconfianza hacia las autoridades,   además de la impunidad reinante y las amenazas de que son objeto las víctimas por denunciar.

Todo esto sucede en una ciudad que tiene muchos efectivos de la fuerza pública, que cuando suceden los hechos no aparecen.

Conclusión

 

Como personas y creyentes proclamamos y defendemos el derecho a la vida, que según la constitución es inviolable, y denunciamos todo atentado contra la vida humana.

Los hechos anteriormente citados nos interpelan.

  • Se trata de sensibilizarnos frente a los atentados contra la vida humana en todas sus etapas.
  • Se requieren esfuerzos serios para defender, proteger y promover la cultura de la vida en medio de un sombrío  panorama de violencia y de muerte.
  • Toda persona tiene derecho a una vida digna.
  • Queremos promover en Buenaventura y la costa pacífica la cultura de la vida.
  • Estamos comprometidos a anunciar, celebrar y servir a la vida humana aún en medio de esta dura situación.
  • Entre nosotros es urgente una movilización de las conciencias y poner en práctica una estrategia a favor de la vida, asumida con convicción firme y compromiso serio.
  • A quienes atentan de diferentes maneras contra la vida humana, les invitamos a la reflexión y les pedimos que respeten toda vida humana pues ella es la mayor riqueza que Dios nos ha dado y que debemos gastar en construir la gran familia en la tierra, en que seamos hermanos y hermanas de verdad.
  • Si queremos la paz defendamos la vida.

No más desplazamientos forzados, no más homicidios selectivos, no más desapariciones, no más confinamientos, no más niños y niñas, jóvenes y mujeres victimizadas.

 

Queremos “libertad y orden”.

Queremos una Buenaventura territorio de paz y de sana convivencia, donde no haya miedo y zozobra permanentes, donde haya oportunidades para todos y todas, donde haya esperanza y sentido de la vida.

Hacemos un llamado urgente y respetuoso a las autoridades competentes, al ministerio público y a las organizaciones y organismos nacionales e internacionales de derechos humanos y de derecho internacional humanitario para que se pronuncien y tomen medidas frente a ésta grave situación de crisis humanitaria que vive en este momento el pueblo Bonaverense y la costa pacífica.

Comisión Diocesana de Vida, Justicia, Solidaridad y Paz.

Buenaventura 12 de agosto de 2011