Saludo a la MINGA de Pensamiento del Taller seminario sobre Tierra y Territorio CNA – PCN.

Durante los días 16, 17 y 18 de julio de 2009, nos hemos encontrado delegados y delegadas de procesos campesinos, afrocolombianos e indígenas de diversas regiones colombinas, Organizados en torno al Coordinador Nacional Agrario CNA y el proceso de Comunidades Negras, y delegados del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, con el apoyo de la Corporación Sembrar, Instituto Nacional Sindical INS,  Ilsa, y el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos CSPP,  motivados por la necesidad de construir una visión conjunta desde las regiones, sobre el problema de la TIERRA y el TERRITORIO, procurando encontrar y definir elementos que nos permitan orientar nuestra lucha política en torno a estos temas.
Nuestro pensamiento transcurrió por el amplio territorio colombiano, deteniéndonos en los conflictos que viven los pueblos y comunidades campesinos, indígenas y afrocolombianos,   continuando después con una lectura general de las políticas, lógicas e intereses que guían la expropiación y despojo de tierra y territorios.  Con la mochila llena de estos conocimientos y la construcción de un sentido común sobre la problemática analizada, nos sentimos con la fuerza suficiente para analizar los escenarios de lucha por la vida, la tierra y el territorio que se han ido levantando por parte del pueblo Colombiano.
Con este trabajo, aportamos a la Minga de Pensamiento algunas conclusiones preliminares.
•    En nuestro país, las comunidades agrarias y urbanas viven una crítica situación de despojo de tierras y territorios, la cual se ha ido cocinando a lo largo de la historia a través de los diferentes modelos de desarrollo a partir de los cuales, se han ordenado los gobiernos y sus políticas del desarrollo, generando riqueza para pocos y exclusión, discriminación, injusticia, inequidad, violencia y empobrecimiento, para la mayoría de la población colombiana, siendo los principales afectados los habitantes rurales, en virtud del desplazamiento forzado, la expulsión de población rural a las ciudades, la violencia y las políticas del despojo.
•    La situación de despojo de tierras y territorios, si bien corresponde a una Política del desarrollo aplicada por el Estado Colombiano,  no es un fenómeno reciente pues a lo largo de la historia, la violencia y el despojo han ido de la mano, siendo vivida y sufrida por las comunidades rurales, pasando actualmente por una etapa de agudización, que  hace cada vez mas critica la situación de las comunidades en el campo y la ciudad.
•    Entendemos que el problema de la tierra es histórico, pero también que no es el único. Nos enfrentamos a procesos de REORDENAMIENTO TERRITORIAL, que están transformando mediante el ejercicio de la ley dominante, de la violencia, de la política y el poder del dinero, los territorios que como campesinos, indígenas y afrocolombianos hemos construido a través de la historia. Este cambio nos demanda no solo pensar en el predio, en la tierra, sino en las propuestas de ordenamiento territorial que debemos enfrentar a las empresas nacionales y extranjeras, a las propuestas de desarrollo del Estado y el gobierno.
Muchos de los conflictos, y problemas vividos por las comunidades rurales, están relacionados  a nuestro juicio con los siguientes aspectos:
a)    Al Modelo de Desarrollo, fundamentado en la sobreexplotación de los pueblos y del patrimonio ambiental, orientado hacia el mercado externo, siendo las empresas transnacionales el principal agente ordenador de las políticas del desarrollo.
b)    En la construcción e implementación de las políticas de seguridad que a pesar del apellido democrático, sirven al capital y al interés particular, aseguran territorios para la explotación y extracción de riquezas, la producción de leyes para el despojo y para legalizar el despojo, y profundos procesos de ordenamiento territorial que mediante planes expulsan población, redefinen el uso del suelo y contribuyen a crear nuevas instituciones públicas al servicio del interés particular, facilitando la explotación de nuestros pueblos y del patrimonio ambiental a lo largo y ancho del país.
c)    El modelo y las políticas, se materializan en La implementación de monocultivos y la especialización económica del uso del suelo, desarrollándose cultivos de Palma Aceitera, caña de azúcar y maíz para satisfacer las demandas de la industria de combustibles; ligados a cultivos del pino, eucalipto y cultivos agroforestales.  La demanda de energía mundial y la voracidad de empresas transnacionales, se ha manifestado en proyectos hidroeléctricos que van asociados con el desplazamiento de población y la privatización de ríos. La explotación minera a partir de la Gran Minería, eliminando y persiguiendo la pequeña minería con la cual han subsistido ancestralmente nuestros pueblos, derivando además en catástrofes ambientales y sociales.  La explotación y expropiación del agua a las comunidades rurales, como una mercancía mas y la implementación de megaproyectos viales y puertos. Todo esto se combina en nuestros territorios, con el avance de cultivos de uso ilícito.
d)    La implementación de este MODELO se basa en el uso de la fuerza y  la violencia contra las comunidades colombianas y la formulación de otras políticas como las siguientes:  
    La Violencia Paramilitar y Militar
    La recuperación social del territorio.
    La eliminación de la institucionalidad que adoptaba medidas de distribución y protección de la tierra, y la reducción de su presupuesto.
    Las políticas de crédito y acceso a la tierra solo para empresarios, no para campesinos ni mucho menos para mujeres. Así como políticas de crédito como el Incentivo a la Capitalización Rural o los concursos para acceder a recursos públicos.
    La construcción de cadenas productivas que obligan a la asociación de los campesinos y afros con grandes empresarios.
    La contratación masiva de desplazados como “mano de obra barata” y la baja de salarios.
    El no reconocimiento de las comunidades indígenas y afro de su territorio ancestral, ni mucho menos el reconocimiento de un territorio para campesinos.
    Formulación de Planes de ordenamiento territorial que influyen en el cambio uso del suelo, mediante procesos inconsultos de ordenamiento territorial.
    La Violación o manipulación de los procesos de consulta previa.    
    El Chantaje a las comunidades  rurales y organizaciones para negociar inversión social con las Empresas y no con el Estado, trasladando a las empresas extractivas multinacionales la responsabilidad del Estado.  
    Promoción de la división al interior de las comunidades mediante la creación de organizaciones obreras, campesinas e indígenas que defienden el modelo para legitimar las políticas de expropiación.  LA cooptación y el ofrecimiento de dádivas a líderes, concejales y alcaldes, para la aprobación de Planes de Ordenamiento Territorial y la promoción de proyectos de desarrollo.  
    La difusión de la idea entre las comunidades de que sus organizaciones son EWNEMIGAS DEL DESARROLLO¸ sembrando desconfianza frente a la organización y conflicto, en el marco de una campaña ideológica contra los procesos sociales.
    La función asignada a las fuerzas armadas en el plan de seguridad y desarrollo, al administrar recursos públicos, suplantar autoridades civiles, y promover proyectos de desarrollo entre las comunidades rurales a favor de empresas multinacionales.
    Todos estos elementos, derivan muchas veces, sumados a las políticas del Estado, en enfrentamientos y conflictos entre Afros, Indígenas, campesinos e incluso desplazados. .  
    Programas gubernamentales, acción social, familias guardabosques, etc.
    Repoblamiento de las tierras despojadas utilizando desmovilizados, y comunidades proclives a las políticas del despojo.
    Finalmente, la creación de una sociedad del terror y el miedo para el desarrollo de los proyectos de desarrollo.
La principal conclusión que los asistentes no llevamos en la mochila, después del arduo trabajo de reflexión se refiere a la fortaleza de las comunidades rurales y del pueblo colombiano en general, quienes, a pesar de las duras condiciones que se ofrecen para la continuidad de la vida y la grave y sistemática violación a los derechos humanos, se mantienen con el puño en alto en defensa de sus territorios y en la construcción de propuestas de país.
Con esta fortaleza y la convicción de la necesidad y justeza de las luchas por la pervivencia de los pueblos colombianos, los y las asistentes reafirmamos el compromiso de mantener los esfuerzos  hacia propuestas que permitan ir juntando las luchas por la tierra y el territorio.
En este sentido, manifestamos nuestro compromiso con la MINGA como proceso social que en la diversidad, propugna por la construcción de un camino común para la movilización y la transformación social. Manifestamos nuestro compromiso  de promover en cada una de nuestras organizaciones filiales esta iniciativa popular.