La cabeza antinarcóticos de la Casa Blanca, David Jonson, predice que el paquete económico definitivamente se reducirá.
En Washington se empezó a discutir si los millonarios recursos del plan siguen en Colombia o se canalizan hacia México. El Gobierno de Álvaro Uribe considera injusto que por unas ‘ovejas descarriadas’ pague todo un país.

Luego de ocho años de existencia del Plan Colombia, tiempo en el cual EEUU ha girado cerca de siete billones de dólares a Bogotá para apoyar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, en el Capitolio norteamericano abundan las voces que piden acabarlo o modificarlo radicalmente.
«La guerra contra las drogas es un error miserable, aquí en Estados Unidos no hemos evitado que nuestra gente consuma drogas y destruya sus vidas», se lamenta, por ejemplo, el influyente senador demócrata Connie Mack.

Esta visión se ha venido propagando con fuerza y ha debilitado la de quienes opinan, como Michael Braun, ex director de operaciones de la DEA, que el plan «ha sido un éxito increíble» porque ahora «es evidente la fortaleza de las fuerzas de seguridad de Colombia».
Continuar o no con esta ayuda, en momentos de crisis económica y cuando el vecino México requiere asistencia financiera urgente para combatir la escalada violenta de los carteles de la droga, es la pregunta que hoy ronda en Washington.

La cabeza antinarcóticos de la Casa Blanca, David Jonson, predice que el paquete económico definitivamente se reducirá pero por razones que no tienen que ver con las múltiples críticas que se le hacen en EEUU al Gobierno colombiano, sobre todo en materia de derechos humanos.
«En los últimos dos o tres años ha habido una reducción del apoyo debido a que, por las colaboraciones entre EEUU y Colombia, se han nacionalizado los programas que Washington ha venido financiando en ese país», aseguró el funcionario en diálogo exclusivo con Noticias Caracol.
Agregó el secretario Antinarcóticos que el Gobierno de Barack Obama está trabajando en nacionalizar aún más «esos programas para darle más responsabilidad a Colombia, más responsabilidad a los intereses de EEUU en ese país».

 

 

¿Qué pensará Obama?

Lo cierto que es Colombia no la tiene nada fácil, pues el Congreso de Estados Unidos está dominado por los demócratas, partido que en el pasado ha frenado la aprobación del TLC por considerar que Bogotá no ha hecho esfuerzos suficientes para garantizar el respeto a los derechos humanos y la protección a sindicalistas.
Por ahora los ojos de Obama, en cuanto a América Latina se refiere, parecen estar concentrados en México y los gravísimos problemas de seguridad que esta nación afronta por cuenta del narcotráfico. De hecho, viajará el mes entrante a la capital mexicana para reunirse con su homólogo Felipe Calderón.

Este miércoles el ministro del Interior y de Justicia colombiano, Fabio Valencia Cossio, lamentó que, como lo aseguran diversas versiones de prensa, un senador estadounidense haya propuesto congelar parte de la ayuda del Plan Colombia hasta que se aclare el escándalo de los llamados ‘falsos positivos’.

Según el funcionario, sería injusto «que por cinco o diez» miembros de la fuerza pública «que violan la ley», sea castigado todo un país y un Gobierno como el del presidente Uribe, «que lo que ha hecho es luchar por la defensa de los derechos humanos, por la consolidación de la democracia».
El domingo pasado el vicepresidente Francisco Santos sugirió la posibilidad de acabar con el Plan Colombia para evitar «malos tratos» en Estados Unidos. Sin embargo, la Cancillería y la Presidencia de la República lo corrigieron y dijeron que dicha ayuda aún es muy necesaria.